Una cita clandestina

Es tarde el me dijo que le había ido muy bien en el trabajo, le había entrado un dinero adicional y quería invitarme al restaurante mas me gusta, me sorprendió pero yo sabia que después de 15 años de casados y debido a que llevábamos tres semanas sin tener sexo el después me iba a llevar al motel en las afueras de la ciudad donde solíamos arreglar nuestras avenencias conyugales. Esa iba ser una noche de sexo con mi esposo. Hasta hay las cosas parecían estar bien, el problema a era que Juan Pablo el compañero tímido de la oficina con quien nos intercambiábamos miradas picantes hace dos meses me había invitado esa tarde encontrarnos a solas "una cita clandestina". Mi conciencia luchaba contra mi deseo carnal, el esfuerzo que hacia mi esposo versus el cuerpo de aquel hombre que me estremecía. No pude almorzar pensando cual decisión podría tomar, incluso llame a Mary Luz, al celular, mi mejor amiga pero no me contesto. Entonces decidí poner en la balanza los elementos en juego y hay si tomar una decisión. Sexo de mi esposo v/s sexo de mi amante. Lo cotidiano y aburrido v/s lo placentero y novedoso. las dos citas eran impostergables, entonces decidí nombrar de juez a mi espejo de baño. El mediría lo que debía hacer, de manera que entre me desnude y rocié aceite sobre mi piel, me acariciaba suavemente y cerré los ojos. Entonces apareció en mi mente el cuerpo del hombre que debía amar esa noche, los abrí y sonreí. Mi cuerpo había tomado una decisión. De manera que me maquille con un poco de ojeras, rocé mis labios con base blanca, desordené mi cabello y me aplique mentol en mi nariz, simulando catarro, me vestí con aquella bata ancha, medias de lana, pañoleta y bufanda verde. Vestuario que aborrece Jun Pablo, me dirigí a la oficina de mi esposo. Recuerdo la cara de sorpresa que puso el cuando entre a su despacho. Después de 15 años aprendí a conocer sus gestos de desagrado que eran claros para mí e invisibles para los demás. ¿Que te pasa? me preguntó, le dije tengo un fuerte dolor de cabeza y escalofrió, simule estornudad, él saco su pañuelo y se alejo un poso, me dijo estas pálida y tienes catarro, deberías ir a casa y descansar un rato. Yo tosí y le dije, no puedo, esta tarde Miguel el hijo de 15 años de mi hermana, esta de cumpleaños. Nos invitaron a la reunión en la casa de campo de Suesca. Adivine su segundo rostro de desagrado, sabia que aborrecía ir a ese lugar, pues era terreno destapado y adoraba su carro más que a su madre. Juan Pablo se sentó en su escritorio y me dijo no podemos ir, estas enferma y esta noche tenemos nuestra comida… Yo me acerque al escritorio tapando mi boca con la bufanda, y le dije el esposo de Rosana quedo en recogernos a las tres de la tarde en nuestra casa. Juan pablo simulando buscar una solución, la cual yo sabía desde el comienzo, titubeo un poco, se pasó la mano por el cabello y mirando su agenda dijo, se me acaba de presentar algo nuevo y debo trabajar hasta tarde, te sugiero que tu vayas, te quedes allá y el traiga mañana. Para asegurar el plan le pregunte, ¿estas segura amor que no puedes ir?, el me miro y dijo ve tu y trata de disfrutar, recuerda que bebes llevarte unas aspirinas. Lo bese en la mejilla y Salí de su oficina. Llegue rápidamente a mi casa, entre a mi cuarto tome una ducha tibia me rasuré y coloque la ropa interior nueva que había guardado para una relación especial, me coloqué un vestido que se ceñía a mi cintura y resaltaba mis muslos, me perfumé, me puse medias de liguero y una hermosas sandalias negras. Me puse un abrigo negro, que cubriera mi ropa insinuante para disimular ante la mirada de los vecinos. Nos encontramos en el centro comercial …